¿Qué tipo de personalidad tenés?

En mi experiencia de iluminación me sentí muy identificada con la autora Geri Scazzero, que en su libro La mujer emocionalmente sana cuenta:

Nunca olvidaré la primera vez que me hice un test de personalidad y descubrí que solo era una extrovertida moderada con inclinación a introvertida. Estaba sorprendida, pero también me sentí liberada. Tal resultado me aclaró los sentimientos de fatiga y depresión que tan a menudo seguían a las incesantes temporadas de actividades con mucha gente. Rebosaba de alegría cuando validaba y reafirmaba el deseo de mi corazón, que era la soledad y el silencio.

Los términos introversión y extraversión fueron difundidos por Carl Gustav Jung en su obra Tipos psicológicos y definen tipos psicológicos básicos en el marco de su teoría de la personalidad:

1. La introversión es una actitud típica que se caracteriza por la concentración del interés en los procesos internos del sujeto. Los introvertidos se interesan principalmente por sus pensamientos y sentimientos, por su mundo interior. Tienden a ser profundamente introspectivos.

2. La extraversión, por el contrario, es una actitud típica que se caracteriza por la concentración del interés en un objeto externo. Los extravertidos se interesan por el mundo exterior de la gente y de las cosas, tratan de ser más sociables y de estar más al tanto de lo que pasa en su entorno.



Los introvertidos son más propensos a la depresión, mientras que los extravertidos tienden a luchar con problemas de ansiedad. Tanto la depresión como la ansiedad son dos grandes males desestabilizadores de nuestra psiquis.

La importancia de conocernos en este aspecto radica en la comprensión que tendremos respecto de nuestra reacción a los estímulos externos. Dios nos creó de la manera que somos, y es de vital importancia comprender que tratar de ser lo que no somos es ir en contra de nuestra propia naturaleza. Eso significa que tenemos que conocer nuestros ritmos interiores y nuestras limitaciones. Y no solo conocerlos, sino además aceptarlos y honrarlos.


- Marijo Hooft, En el Ojo de la Tormenta

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